#ElPerúQueQueremos

Natalia

Publicado: 2010-08-30

Jesús María es grande. No tanto, pero lo es. Ponerme a caminar por sus calles sin ningún rumbo es fácil, por eso es lo que termino haciendo siempre que puedo escaparme de alguna clase o cuando me siento vacio. Ojear ropa en Galeras (y no comprarla), ver la cartelera del CinePlaza o comerme una pizza, cosas usuales. Pero de alguna forma, al final, me veo tocando su timbre y sentado en las escaleras de su casa.

La casa de Natalia tiene alguna especie de propiedad mágica que me atrae como un imán cada vez que me siento solo y necesito alguien con quien conversar. Sé que Natalia siempre esta ahí, aun cuando puedo tener la costumbre de llegar cuando ella esta apunto de irse a dormir o de bañarse. Puede que le joda que sea tan inoportuno, pero no me lo demuestra. Ella solamente sonríe con estilo Colgate y me hace pasar. Y yo no se como decirte Gracias ni como decirte lo mucho que me animan sus sonrisas. Si pudiera coleccionarlas en una caja y guardarlas para verlas de aquí y nunca aburrirme, lo haría.

Siempre tiene algo preciso que decir. Cuando yo he estado templado, cuando creí estarlo, cuando algún fantasma del pasado me atormentaba, supo que palabras decir exactamente. Quizás no solucionando el problema (porque mis problemas nadie puede solucionarlos y escribirlos en este blog mercenario solo es una forma de suavizarlos), pero haciéndome sentir mejor. Me gustaría a veces, y lo digo con la esperanza de que se me conceda esa oportunidad, poder decirle cosas como las que ella me dice. Poder darle algún consejo aceptable el día que en que me diga Me gusta ese chico. Claro, solo si se merece a la linda chica que es y que merece ser la mujer más feliz del mundo.

Quiero aprovechar para pedirle perdón, by the way. He de reconocer que soy un malandro, un insensible, un motherfuckery un (encantador) hombre con falta de encanto. Y ella, Natalia, jamás se ha merecido ninguno de esos teatritos guionizados con estupidez que muy fáciles me resultan. Ella no, de hecho hay muchos que si, y no tengo justificación con esos microcéfalos malparidos . Y ella ha soportado muchas escenitas, más de las que puedo reconocer o recordar. Pedir perdón por actos pasados no es mi estilo, porque los daños hechos están en un ciclo histórico inalterable. Decir nunca más seria quizás jurar en vano, y no quiero hacerle promesas que se no voy a cumplir. No decir nada, para que ella interprete ese silencio, con la seguridad que entenderá lo que quiero decirle, es lo mejor. Ella siempre ha sabido entenderme, mejor que nadie.

La verdad al final de todo, es que la quiero mucho. De una manera sincera y que ha tenido sus niveles y evoluciones. Recuerdo esa carta que le mande hace 5años y aun me sonrojo, como creo que ella también. A veces, creo que si viajara en el tiempo al pasado no se la mandaría. Pero mentiroso como siempre, si se la mandaría, y mas bonita todavía.

Y precisamente estos detalles son la base de todo lo que he construido en estos 5 años. Espero sinceramente que me soporte unos 100 años más. Espero sinceramente que cada vez que empiece a caer en ese agujero de soledad e incomprensión que soy yo realmente, su mano siempre este ahí.

ACTUALIZACIÓN: Hoy, 17 de febrero del 2011, pasada las insoportables fechas de San Valentin, puedo decir que este texto vale mucho mas que nunca. Te quiero demasiado, pequeña Natalia.


Escrito por

lumixxx

Comunicador. Blogger. ¿Escritor? PseudoGeek Cinefilo y futuro director. Quizas periodistas. Quizas vendendor de salchipapas. Casi lo mismo.


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