Regreso a lo días cuando éramos jóvenes. Cuando todo era como una pistola cargada.

Puddle of Mudd, “Psycho”

¿Nunca has conocido a alguien no recomendable? Una de esas personas que no es el tipo de amigo que quieres para tus amigos pero que tú puedes tolerar hasta cierto punto. Pues Roxanne Red era de ese tipo de personas. Nuestra historia comenzó con el inicio del nuevo siglo: dos torres gemelas caían en un lugar llamado Nueva York y Roxanne se ganaba una fama de ser una niña traviesa, por la sutil coquetería que transmitía. Ella no tendría más de 13 años pero podías ver que tenía futuro, aunque precisar en qué era llevar el tema a niveles casi indecentes.

- Hey, mira, tú y yo no nos conocemos todavía. Pero quiero darte un consejo, como amigos: ten cuidado con esa chica, con Roxanne. No creo que entiendas lo que quiero decir…

Ese discurso se repitió cada vez que veíamos a un iluso caer en las (aun infantiles) garras de Roxanne Red, la futura man-eater. La mayoría de veces yo era el encargado de advertir del peligro a las potenciales víctimas y mi récord de vidas salvadas me tiene orgulloso. Era cuestión de ir, hablar, asustar, advertir, ser una especie de salva tontos. Y de los muchos tontos a los que tuve en frente, solo a uno no pude salvar. Ese tonto (tontillo, con cariño, que era y es mi amigo) se llamaba Jorge Cuadros.

Jorge Cuadros es un viejo amigo mío, por no decir el que más me ha durado. Gracioso, con pinta de vagabundo, pero jodidamente listo. Y siendo lo listo que era fue el único que no siguió mi consejo. Lo que es irónico porque ya tampoco he hecho caso a muchos consejos suyos en nuestros ya varios años de amistad.

- Creo que a Roxanne le gusto – me dijo Jorge una tarde, luego de sonsear un rato - ¿Has visto como me mira?

- Quiere chuparte el alma, tío – le digo sin mirarlo – Y con “alma” me refiero a…

- Ya, no arruines el momento. Lo que quiero decir es que no es tan mala como crees. Tiene buenas intenciones.

- Déjame contarte una historia – y lo miraba con toda la seriedad que podía – Había una vez un niño alemán que se llamaba Adolf y tenía buenas intenciones. Luego compro muchos hornos y mucho gas, y como tenía cierta obsesión con los judíos…

- ¿Estás comparando a Roxanne con los nazis?

- No, estoy comparando a los nazis con Roxanne. Casi lo mismo.

Esa discusión no llevo a nada, como casi todas mis discusiones con Jorge. En los días que vinieron, ellos (me refiero obviamente a Roxanne y Jorge) se mostraban más sociales entre sí, lo que no hubiese sido motivo para preocuparse. Incluso yo hablaba con ella por momentos, cosas de “Hola, ¿Qué tal? ¿Sí? Genial, chau”. Vale, la diferencia es que ellos dos apestaban a romance y cursilería. Los hombres somos estúpidamente obvios cuando estamos con una chica: la posición de nuestro cuerpo, el movimiento de las manos, las ansias de hacerla reír, la fuerza que hacemos para llevar nuestra mirada solamente al rostro y otras tonterías más. Podría escribir un libro sobre eso. Y las chicas no se quedan atrás: esa sonrisa maniática que se les pega en el rostro, empezar a jugar con el cabello, las ves y es como estar frente a una Floricienta descafeinada. Y ellos eran básicamente eso.

Varias noches después, Jorge me llamo a eso de las 10 pm. Odio que me llamen a esas horas. Siendo más preciso y sincero, odio que me llamen a cualquier hora, por lo menos a mi casa. Teniendo en cuenta que Jorge lo sabia, había algo importante que decir y solo quería joderme la noche.

- Oye, no sabes lo que ha pasado… - me dice Jorge con voz misteriosa, sabiendo que en el fondo realmente estoy interesado en saber.

- ¿Es una historia que te involucra a ti y a un moreno enorme? ¿Me la puedes contar mañana?

- Le dije a Roxanne para estar, ¡adivina que me dijo!

Supongo que por la emoción de Jorge, no es necesario adivinar.

PSDT1: Gracias a todos los que leyeron el primer capitulo, a diferencia de Dan Dark, creo que a mi me leen más de 5 gatos. Un par de agradecimientos rápidos: A Yanina Cortez, la enamorada de mi mejor amigo y que se hizo lectora del blog (y amiga mía) Dios sabe como; a Vallery Pastor, que quiere leer la novela entera y es un favor que no puedo hacerle; a Carolina Purilla, por ser quizá la lectora mas entusiasta y a Isabel Barco, por su obsesión por saber si es una de las chicas malas. Gracias también a los que publicaron el link del blog en sus muros y a los que la recomendaron, con mucha buena onda.

PSDT 2: En el capitulo anterior acompañe el post con un video. La idea es hacer una especie de Playlist, aprovechando esto de la novela. Comenzó con The Police, esta semana toca Puddle of Mudd y su tema Psycho. Buenas noches.