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"Chicas Malas" Capitulo Cinco: Todos Tenemos Un Amigo En Canadá.

Publicado: 2011-02-10

Voy a despertarte a mitad de la noche para decirte que nunca volveré a irme otra vez. Nunca voy a dejar esta cama.

Maroon 5, "Never Gonna Leave This Bed"

Yo creía que Jorge y Roxanne durarían, máximo, dos meses. En el peor de los casos, cuatro. Por eso acepte esa paz falsa con Roxanne. Era cuestión solamente de tener paciencia. Día tras día. Soportar heroicamente. Esperar heroicamente.

Al sexto mes me sentía un cojudo. Un huevón a la vela.

En ese tiempo, Jorge pasó de ser mi amigo y el enamorado de Roxanne a ser el hijo en disputa tras la separación de bienes. Se volvió víctima de un horario establecido por mí, aunque Roxanne dijera lo contrario.

- ¿Vas a salir hoy con Jorge? – me preguntaba los viernes

- Lo de siempre, a una casa de putas. Tiene una fascinación con una de ellas. Le va a pedir para ser novios. Es su tipo de chica, dice.

- ¿Te olvidas que estás hablando con su enamorada? – y se “indigna”, la novia sobre actuada.

- ¿Te olvidas que no te tengo el más mínimo respeto? ¡Usurpadora!

- Aunque no te guste, y sé que jamás te va a gustar…

- ¿Por qué no nos salteamos la parte de su relación y nos vamos de frente al rompimiento? Luego nos salteamos la parte en la que los dos lloran como magdalenas y todos somos felices otra vez. Como en los viejos tiempo. ¿Te acuerdas?

Con todo y el ambiente telenovelesco, me gustaba pelear con Roxanne Red. Me gustaba que creyera que podía, en algún momento, dejarme sin palabras. Cada dos viernes salíamos al cine o a tomar, los otros viernes eran de ella. Bruja maldita. Los sábados eran de ella, con la condición que en las noches Jorge y yo nos fuéramos de fiesta sin sus llamadas controladoras. Al final daba igual, las fiestas muy divertidas no eran. Chicas guapas habían, pero Jorge era jodidamente leal a Roxanne y yo nunca he sido un gilero implacable. Terminábamos todas las noches, literalmente, con las manos vacías.

- Tengo algo que contarte – me dijo una de esas noches de trago – Pero necesito que me jures que no le dirás nada a Roxanne.

- ¿Esconderle cosas a mi “mejor amiga”? ¡Jamás!

- ¿Puedo o no?

- Si insistes…

- Me voy a ir a Canadá 6 meses…

Si quisiera ser breve, diría que su padre había conseguido un contrato discográfico interesante y debía irse en ese tiempo para grabar y cerrar un par de contratos. La verdad que era más complicado que eso, si le iba bien podría quedarse un año, dos, con suerte (para su padre, claro) hasta cuatro. Jorge no quería irse, ni yo quería y probablemente la Bruja Maldita tampoco. Pero vivir en Canadá era una mejor idea que vivir aquí, eso lo sabia su padre. Y solo le quedaba una semana. Y si quisiera ser sincero, diría que me dolió hasta el alma que me dejara solo aquí, cuando él es probablemente el único verdadero amigo que he tenido.

Cuando Jorge se animo por fin a decirle sobre su viaje a Roxanne, tuvo el pésimo gusto de hacerlo frente a mí. Los vi llorar, abrazarse, calmarse y volver a llorar. Parado en una esquina, viéndolos en esa despedida que se convertía en una promesa de amor a distancia, me decía a mi mismo que no debería estar ahí. No quería estar ahí.

Un día antes de irse, Jorge y yo pasamos un último sábado juerguero y de conquistas frustradas. A punto de terminar la noche, la conversación se volvió seria y pesada.

- ¿Puedes cuidar a Roxanne mientras no esté?

- ¿Quieres que le cambie el pañal y la bañe? Lo segundo podemos conversarlo.

- Solo quiero que estés ahí si tiene algún problema…

- Normalmente te pediría amablemente que te vayas a la mierda. El problema es que tú te estás yendo a Canadá así que… cuenta conmigo. Maldita sea, cuenta conmigo – y lo dije sabiendo que no lo haría, que apenas se fuera cortaría contacto con esa mujer.

Jorge se fue un domingo en la tarde. Nunca debió irse, pero eso lo sabrás luego. El lunes en la mañana me llego un mensaje de texto de Roxanne, quería verme y decía que era urgente. La encontré con los ojos llorosos, con unas ojeras que no le había visto nunca y un olor sutil a cigarro.

- No tiene un día que se ha ido y ya lo extraño mucho – me dijo cuando se acerco corriendo a abrazarme – No sabes cuánto significa para mí que estés aquí ahorita.

No sabía que hacía con Roxanne entre mis brazos cuando en una situación normal la estaría mandando al quinto infierno con alguna frase sacada de la manga. Esa vez no pude.

- Te quiero mucho, Dan

No tengo la mas mínima idea de porque lo hice en ese momento. Sigo hoy sin saberlo del todo. Lo más probable es que fuera el abrazo. Sentir sus brazos alrededor de mi cuello y sus lágrimas calientes en mi mejilla. Si, apuesto que fue ese abrazo.

- Te quiero mucho, Roxanne.

PSDT 1: Gracias a la gente que por Facebook o Msn me hicieron saber que el capitulo anterior les había gustado. Por lógica, debo aceptar que ha sido el mejor, según lo que ustedes dicen. Espero que los demás terminen siendo igual que ese. En todo caso, cambio solo los nombres y lo publico quince veces más. Ojala no se den cuenta.

PSDT 2: El lunes me desperté a las 3:11 de la madrugada. Completamente lucido y sin sueño, no entendía porque tan repentinamente estaba tan consciente, como si no hubiese estado dormido. El ringtone del celular de un mensaje nuevo me dio la respuesta. Era una vieja amiga que al leer esto sabrá que hablo de ella. Sabrá que la quiero y sabrá que la extraño, aunque es mala porque yo le enseñe a serlo. De hecho, pequeña y malvada B, la canción de la semana puede que sea para ti. Never Gonna Leave This Bed de los Maroon 5 y con eso, hasta el proximo jueves.


Escrito por

lumixxx

Comunicador. Blogger. ¿Escritor? PseudoGeek Cinefilo y futuro director. Quizas periodistas. Quizas vendendor de salchipapas. Casi lo mismo.


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